Policiales

A la espera de los análisis de ADN, así sigue la causa por la violación de la menor

El juez de Garantías, Saúl Errandonea, hizo lugar al pedido de la fiscal Florencia Salas y los cinco acusados seguirán detenidos en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán.

El juez Saúl Errandonea resolvió hacer lugar el pedido de mantener detenidos provisoriamente a los cinco imputados del abuso sexual de una menor de 14 años en el camping El Durazno de Miramar y de ese modo le otorgó tiempo a la fiscal del caso para aguardar resultados de pericias y nuevos testimonios, entre ellos el de la víctima.

Sin analizar demasiado la prueba, como suele suceder en este tipo de resoluciones, el juez Errandonea dispuso que Tomas Jaime, Lucas Pitman, Emanuel Díaz, Roberto Costa y Juan Cruz Villalba continuaran detenidos y, excepto una contundente prueba contradictoria, su situación de libertad recién se reconsideraría ante algún eventual planteo de excarcelación de las defensas o dentro de 15 días cuando la fiscal Florencia Salas agote el tiempo para solicitar la prisión preventiva. En ambos casos será el juez de garantías el que resuelva.

El caso que conmocionó a Mar del Plata y Miramar pero que tuvo su impacto a nivel nacional se produjo en la madrugada del 1° de enero, durante los festejos de Año Nuevo en el camping El Durazno. Este predio, de reconocida trayectoria y que brinda servicios con estándares de calidad de primer nivel, se ubica sobre la ruta 11, a metros del acceso a Miramar.

Del modo en que todos los años ocurre, la noche del Año Nuevo tenía una gran concurrencia, tanto de residentes de Miramar como turistas, la mayoría de estos últimos oriundos de Mar del Plata. Como la familia de una adolescente de 14 años que había arribado para disfrutar de los entretenimientos del lugar, de la pileta, de la cercanía con la playa, de los fogones, de la forestación y, sobre todo, de la tranquilidad.

El grupo familiar se alojó en uno de los bungalows y se dispuso a pasarla bien. También en tren de diversión, con los límites evidentemente más corridos hacia un extremo borrascoso, cinco jóvenes marplatenses desembarcaron en El Durazno. Llevaban en el interior de la camioneta Renault Traffic implementos para practicar deportes en el mar, reposeras, una carpa de color azul, bebidas alcohólicas y, a juzgar por lo que más tarde le encontrarían, algo de marihuana.

Díaz al mando de su camioneta y sus amigos Pitman, Costa, Villalba y Jaime llegaron hasta el sector “D” de parcelas para acampar. Se instalaron con la carpa iglú azul y la camioneta la estacionaron junto a un fogón. En una heladera portátil, también azul, guardaban más bebidas y hielo. Durante la tarde del lunes y a medida que se acercaba la medianoche tomaron alcohol como “todo el mundo” y, según algunos testigos, no parecían violentos pero sí eufóricos.

Todos, unos más y otros menos, buscaron relacionarse con otras personas y en el medio de los festejos de Año Nuevo tomaron contacto por primera vez con la menor. La pileta por esas horas estaba cerrada y la gente celebraba por su cuenta. No había un punto de encuentro a las 2 de la mañana donde todos los visitantes estuvieran reunidos.

De acuerdo a la denuncia de los padres, los hechos debieron ocurrir entre ese horario y las 6, cuando notaron que su hija no había regresado o no estaba. Entonces se inició una búsqueda por el ya amanecido camping. Sector por sector hasta llegar a la carpa azul, junto a la camioneta Traffic.

Lo que vio la madre allí está reservado bajo siete llaves en la fiscalía de Florencia Salas y es la clave, por el momento, de la investigación. Dentro de la carpa estaba su hija, dormida, acompañada de más de un joven. No trascendió cuántos eran.

Según las indagatorias, dos de los amigos admitieron haber tenido relaciones sexuales con la adolescente, aunque todo esto quedará supeditado a lo que declare la víctima en la Cámara Gesell. Sin lugar a dudas, la prueba madre será el testimonio de la menor.

Las lesiones del orden sexual existen y están corroboradas desde los informes médicos. Son dos lesiones específicas.

La situación traumática la chica atravesó y su estado de conciencia disminuida -probablemente por la ingesta de alcohol- también habría sido acreditado. Esto supone el riesgo de que su declaración omita detalles o simplemente no recuerde con precisión.

No obstante, si la menor tan solo señala no recordar, la fiscal Salas no podrá solo valorar el relato exculpatorio de alguno de los imputados por sobre la falta de memoria de la víctima. Entonces todo se dirimirá en otros testimonios, en las contradicciones que puedan aparecer entre los imputados y en otra prueba primordial: el ADN del próximo lunes (y el tiempo que lleve la obtención de los resultados) para saber si hay semen en los hisopados a la víctima y de cuántos aportantes.

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